robert subvención

Diagnosticado el 02/01/1974

Mientras servía en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Filipinas, me desperté una mañana con sangre por toda la cama y las piernas. Me diagnosticaron una melanoma en mi pantorrilla izquierda del tamaño de una moneda de cinco centavos. Era solo una torno O eso pensé.

Me llevaron en avión de regreso a Estados Unidos para recibir tratamiento de emergencia y realizarme varios meses de pruebas. En mayo de 1974, me vi en la necesidad de tener que amputarme la pierna izquierda. Por la gracia de Dios, se determinó que la amputación no era necesaria porque algunos de los resultados de las pruebas eran erróneos.

Mil puntadas y piel Los injertos mantuvieron mi pierna unida hasta que pude caminar nuevamente.

El melanoma mata. Es una sentencia de muerte silenciosa si no se detecta a tiempo. Yo tuve suerte, pero muchos han muerto por esta causa.

Escribí la historia real, Tocada por el dedo de Dios, para ayudar a que otros tomen conciencia. Vale la pena compartirla para salvar vidas.