Victoria Simiola

En 2014, noté una línea rosada tenue en el centro de la uña de mi dedo anular derecho. Después de numerosas citas médicas y una gran cantidad de biopsias, me diagnosticaron acral. MelanomaEl 1 de mayo de 2019 perdí mi dedo anular derecho y me aceptaron en un ensayo de tratamiento. Mi hijo se casó el 5 de mayo y mi hija debía graduarse el 25 de diciembre de 12. Me concentré tanto en mi familia y en los eventos de la vida que se acercaban rápidamente que ignoré que tenía células cancerosas. No quería arruinar estas ocasiones especiales, así que me guardé todo. Mi ansiedad aumentó y perdí mucho peso. Literalmente no podía imaginar por qué. Me había desconectado de mis experiencias, mis miedos y de mí misma. No fue hasta diciembre que lo permití todo. Fui a ponerme mis guantes favoritos y no me di cuenta de por qué el correcto no me quedaba bien hasta que noté el espacio vacío donde debería haber estado mi dedo anular derecho. Llamé a mi mejor amiga y a mis hermanas sollozando. Todas aparecieron con hermosos mitones y un montón de amor y apoyo. Mi esposo me aseguró que, sin importar lo que pasara, estábamos juntos en esto y que él me tomaría la mano si se enfriaba. Entonces, ahora uso mitones y me recuerdan a mis increíbles amigos, mi fenomenal equipo en Smilow, lo agradecida que estoy por mi esposo, mis hijos y mis hermanas.

Han pasado tres años y las cosas que he aprendido son: el cáncer es horrible, los miedos son reales y debilitantes, la vida sucede sin importar lo que pase, la mayoría de las personas son amorosas y amables, dar de uno mismo es el mejor regalo que puedes dar. Hoy estoy en la junta directiva de Hamden Youth Connections, soy miembro del Consejo de Gobierno de nuestra escuela secundaria, miembro de CT contra la violencia con armas de fuego y defensor de los niños. Vivo mi vida un día a la vez. Todavía me hago ecografías cada seis meses, veo a mi oncólogo Cada tres meses y completé mi inmunoterapia tratamiento. A veces estoy de mal humor y a veces lloro, pero estoy viva y por eso estoy agradecida.

 

Victoria Simiola
Sobreviviente de melanoma acral
56 años
Hamden, Connecticut