Erick Moody

07/17/1956 — 11/30/2011

Su batalla con melanoma metastásico Comenzó en 2006. Le extirparon un bulto subcutáneo de la espalda; por lo demás era un hombre joven y sano.

En los últimos 5 años, tuvo 13 cirugías, dos fueron de pulmón y en 2010 una tumor Se encontró una herida en el cuerpo calloso del cerebro. Le realizaron dos craneotomías, una en junio en el Hospital Shands de Gainsville y otra en septiembre en el Moffitt de Tampa.

Después de su segundo transformacionTuvo la suerte de obtener la última aprobación de la FDA. Yervoy (ipilimumab) medicamento. Todo estaba estable, sin efectos secundarios ni dolor. Tenía una gran actitud, amaba la vida, era extremadamente inteligente, luchó mucho, pero nunca pudo volver a ser el ingeniero de diseño eléctrico y emprendedor que era. Tuvimos la suerte de que pudo verme graduarme.

Pasamos buenos días riendo y escuchando música juntos como familia. Desafortunadamente, perdió su batalla cuando el tumor cerebral comenzó a crecer nuevamente, lo que provocó que el líquido cefalorraquídeo en su cerebro se acumulara, lo que le provocó edemas y problemas de visión, sin mencionar la confusión. Mi madre fue su cuidadora las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Ella hizo todo, ya que nuestras vidas cambiaron drásticamente.

El 22 de noviembre de 2011, mi madre se dio cuenta de que no había ninguna razón para seguir haciéndole pruebas a mi padre, ya que no había otra opción de tratamiento. Decidió buscar ayuda con hospicio, y disfrutamos juntos del Día de Acción de Gracias en familia. Al día siguiente, mi padre tuvo que ir a un centro de cuidados paliativos porque empezó a tener dolores de cabeza, su presión arterial estaba por las nubes y su visión era mínima. Le dieron morfina para aliviarle el dolor, pero escuchaba música y silbaba la melodía navideña del CD de David Foster que tanto le encantaba.

El buen Señor llamó a nuestra puerta el 30 de noviembre de 2011 y ahora mi padre está en paz después de su batalla. Él y mi madre vivieron mucho, se divirtieron mucho y trabajaron mucho... no nos arrepentimos, pero lo extrañaremos mucho. Mi familia ha recorrido un largo camino, pero uno aprende mucho sobre las personas y sobre las bendiciones que la vida tiene para ofrecer. Nunca olvidaremos su sonrisa, su amor y sus amables palabras. Tenía tanto que ofrecer; nuestros recuerdos vivirán por siempre. Te amamos, papá.

Lana Moody, hija

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