Thomas R. Duncan

08/07/1953 - 03/06/2013

En 2009 mi padre fue a que le revisaran un lunar sospechoso... y ahí empezó todo. Se le extirpó y se le hizo una biopsia. Salió positivo para melanoma. Luego fue a Karmanos para que le extirparan los ganglios linfáticos. El primer ganglio fue positivo. Se sometió a otra operación para extirpar 12 ganglios más. Todos salieron negativos. Nos alegramos mucho de que el cáncer se limitara a un solo ganglio linfático y de que estuviera limpio en el resto del cuerpo. No sabíamos que uno de los ganglios que dio positivo nos pillaría en 2013... con la guardia completamente baja.

En enero de 2013 mi padre pensó que tenía un ataque al corazón. Lo llevamos rápidamente al hospital. Después de una tomografía, el médico de urgencias vino y nos dio una noticia horrible. "Hay manchas en su hígado y riñones... vamos a especular con un melanoma". Nuestros corazones se hundieron.

Tras una semana en el hospital y dos biopsias negativas, volvió a casa y al trabajo. No parecía estar bien después de eso. Sin embargo, siguió adelante. Siguió con el oncólogo para una
PET. Tenía varios "puntos calientes" sobre los que había planeado hacer más pruebas. Hacia finales de febrero de 2013, mi padre llegó a casa del trabajo completamente ictérico. Mi corazón se hundió porque sabía que no era bueno. Después de otra semana en el hospital y dos biopsias positivas, lo enviaron a casa.

Nos reunimos con el oncólogo el 28 de febrero y descubrimos que mi padre estaba literalmente lleno de cáncer. El médico no quería ofrecer ninguna esperanza, así que acordamos ingresarlo en el hospital y empezar con la quimioterapia y la radiación al día siguiente. Sin embargo, mirando a mi padre, el médico dijo: "Voy a ser sincero. Creo que podrías fallecer en una semana".

Mi madre y mi padre se dirigieron al hospital. Me costó TODO lo que tenía dentro para decirle a mi madre que no podíamos dejarle pasar por esto. Mi padre estuvo de acuerdo. Sabía que estaba demasiado enfermo. Lo llevamos a casa al día siguiente y le dieron cuidados paliativos. Falleció una semana después con su familia a su lado.

El melanoma me robó mi familia, mis hijos y el resto de mi vida. Le echo más de menos cada día que pasa. Era mi héroe... y ahora mi ángel de la guarda.

Jennifer Wiseman, hija

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