Kristine A. Luth

08/25/1953 - 07/23/2010

Kris luchó contra el melanoma durante 8 años. Ni una sola vez en esos 8 años se quejó o preguntó "¿por qué a mí?". En lugar de eso, rezó al Señor para que la ayudara a ella y a su familia a superar esto.

Pude visitarla todos los sábados durante los últimos seis meses de su vida. Esos días fueron especiales, porque recordábamos y pasábamos tiempo juntos.

Su marido es un hombre increíble. Se ocupaba de todas sus necesidades sin quejarse y a menudo sin dormir. Siempre decía que era un honor cuidar de ella. La suya fue una verdadera historia de amor.

Kris será extrañada por su esposo de 37 años, sus 3 hijos y sus 9 nietos.

Echo de menos mis visitas de los sábados con ella. Ella es mi héroe, y realmente la persona más generosa y dulce que he conocido. ¡Te quiero Sis!

Karen, hermana

 

Mi madre era una persona increíble. Durante 8 años libró una larga, dura y valiente batalla contra el cáncer de melanoma.

Lo descubrimos por primera vez cuando sólo era un bulto en su pierna. Se lo extirparon y, sinceramente, pensamos que era el final. Luego, en diciembre de 2009, nos enteramos de que sólo le quedaban unos meses de vida.

Los dos primeros meses de sus últimos seis los pasó en Texas, en el MD Anderson, esperando y confiando en el Señor que se encontraría una cura.

Volvió a casa en febrero, donde, hasta que se fue a casa con el Señor, vivió y la cuidé todos los días con mi padre. Fueron momentos muy especiales para mí. Me sentaba con ella en sus días buenos y nos reíamos, veíamos programas de jueces tontos, programas de juegos y hablábamos de días pasados. En sus días malos, me sentaba y le cogía las manos, le frotaba los pies, rezaba y simplemente la observaba. Fueron los días más duros y especializados de mi vida.

Ella perdió su batalla contra esta horrible enfermedad en julio, pero está entera de nuevo en el
Cielo con mi hijo, su madre, su padre, su suegro, y muchos otros seres queridos. No puedo esperar a verla de nuevo algún día.

Aunque mi vida aquí nunca será la misma, y mi corazón siempre estará en parte perdido, me aferro al hecho de que ella está entera de nuevo y no enferma y con dolor y se regocija en el cielo.

Te quiero mucho mamá, y no pasa un día en el que no te eche de menos como una loca. Estoy aprendiendo a vivir sin ti, pero no es fácil y NUNCA te olvidaré. TE AMO más de lo que nunca pudiste saber.

El amor,
tu hija
Julie

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